En la actualidad vemos como hay personas o grupos de personas que se comportan con patrones característicos, como por ejemplo la típica persona que siempre va buscando peleas y no admite que le lleves la contraria o un grupo de aficionados de fútbol que viven los partidos como nadie. Se aprecian comportamientos diferentes pero ¿Y sí estarían influenciados estos comportamientos por patrones que ha ido adquiriendo el ser humano a lo largo de su evolución?
El ser humano desde que nace desarrolla una tendencia a hacer las cosas de una manera, desarrolla un carácter, una forma de relacionarse y una dominancia en uno de los hemicuerpos, derecho o izquierdo, para tener una respuesta predeterminada (automática) ante las situaciones. De ahí que desde pequeños siempre va haber una tendencia a realizar las cosas con la mano derecha y pierna derecha o viceversa.
En la naturaleza ocurre lo mismo. Los animales desarrollan un comportamiento y una dominancia corporal que les va a influir a la hora de cazar, huir, luchar, reproducirse… y así sobrevivir.
Profundizando un poco más, podríamos hablar, según Paul McLean, de la teoría de los tres cerebros, donde encontramos tres tipos de cerebros en el mismo ser humano, fruto del desarrollo evolutivo donde cada uno tiene funciones diferentes e interactúan entre sí a la vez. Hablamos de:
- El cerebro reptiliano o instintivo (Reptil).
- El cerebro límbico o emocional (Mamífero primitivo).
- El cerebro racional o neocortex (Ser humano, mamífero moderno).
Por un lado, tenemos al reptil con el cerebro reptiliano donde va a predominar la homolateralidad (movimiento de un hemicuerpo sin realizar torques con el hemicuerpo opuesto), movimientos repetitivos (no le gusta cambiar), territorial y posee una fuerte conducta instintiva. Este cerebro responde a estímulos visuales.
Por otro lado, tenemos el cerebro del mamífero primitivo donde empieza a aparecer la heterolateralidad (movimiento de ambos hemicuerpos combinados por torques, como hacemos al andar), movimientos nuevos, aparecen las emociones, y con ellas la memoria y la conducta social (luchar, huir, minundear, someterse). Responde a estímulos auditivos.
Por último tenemos al cerebro del mamífero actual, donde integra acciones (analiza, sintetiza, correlaciona, modifica), desarrolla funciones racionales (percepción, imaginación), aparece el pensamiento (juicio, voluntad), y lo más importante, es capaz de pensar en el futuro (proyección). Responde a ideas.
Teniendo esto en cuenta, podemos observar qué cerebro predomina en la persona, algo muy importante para saber cómo tiene que trabajar para aumentar sus capacidades y mejorar su salud. Pues a veces nos quedamos en un cerebro fijado, como si de un “foco” se tratase, como puede ser en el cerebro reptiliano bloqueado, llevándonos finalmente a un estado patológico en el que se daña la salud.
Daniel Mediavilla. Fisioterapeuta.