La nutrición es la base con la que mantenemos el cuerpo para afrontar el día a día, y una dieta de intolerancias alimenticias es la clave que se esconde detrás.
Cada uno tenemos nuestros hábitos alimenticios que se han ido ampliando con los diversos productos que encontramos en los supermercados, y las dietas que hemos aprendido de los medios de información.
La realidad es que no sabemos lo que comemos, y muchas veces nos apuntamos a un tipo de dieta que termina por no darnos el resultado previsto después del esfuerzo realizado.
Las diferentes dietas que encontramos van desde las más salvajes a las más sofisticadas. Sus autores las defienden indicando que las demás son incorrectas, haciendo que los que las practican tengan datos para tener voluntad en lo que hacen. “Todo un adoctrinamiento adictivo”.
La dieta mediterránea, la dieta de la pirámide alimenticia, veganos, macrobióticos, paleo, etc., nos invitan a realizar unas dietas teóricas que muchas veces no resuelven nuestras necesidades.
La alimentación moderna se refleja en el estado de las personas: volumen, peso, energía, carácter, están influenciados en gran parte por lo que comemos y la manera de comerlo.
El eslogan clásico de “somos lo que comemos”, no nos da resultados después de años de seguir comiendo siempre las mismas cosas, todos lo sabemos.
La realidad es que “somos lo que absorbemos, procesamos y eliminamos de lo que comemos”, algo que las dietas anteriores deben tener en cuenta para mejorar su teoría y que cada una sea correcta a su manera y con los beneficios que se pueden obtener de cada una de ellas. Y para esto resulta fundamental tener en cuenta las intolerancias alimenticias.
Absorber y eliminar son dos procesos en los que intervienen varios sistemas utilizando las mucosas que se encargan de absorber con una pared intestinal sana y una flora correcta, y eliminar con movimientos peristálticos que ayuden al proceso digestivo, que alivien la presión de los diafragmas permitiendo que haya un fluir entre el diafragma torácico, abdominal y pélvico. Un estancamiento de uno de ellos provocará un desorden en el otro.
Para absorber y eliminar se necesita una flora correcta por lo que es necesario hacer un primer acercamiento a la dieta, evitando los alimentos que irriten las mucosas, que dependiendo de las intolerancias alimenticias de cada persona pueden variar. Las más comunes a destacar son:
- Cereales como el trigo, el maíz o el gluten.
- Las levaduras y los fermentos, que producen inflamación, gases y estancamiento. Todo tipo de panes y bollerías por ejemplo, que producen putrefacción al estancar y fermentar zonas del proceso digestivo.
- Los lácteos: leche, nata, quesos, mantequilla, etc.
- Los azucares y edulcorantes de todo tipo.
- Los alcoholes.
- Los alimentos procesados, por la cantidad de azucares, metales pesados, y cantidad de otras sustancias extrañas para nuestro organismo que se usan como conservantes.
- Las solanáceas: tomates, pepinos, berenjenas, pimientos, chiles picantes, etc.
- El café.
- Verduras tan comunes como la lechuga, que a mucha gente produce gases y retención de líquidos.
El siguiente paso es hacer un ejercicio moderado para permitir el fluir de los diafragmas, con lo que mejoraremos presión, el flujo de líquidos, sangre, linfa, etc., a la vez que mejoraremos el carácter debido a la descongestión.
El procesado de los alimentos se realiza con varios sistemas, entre ellos el sistema inmunitario. La base de este sistema es mantener el cuerpo estable, reaccionando cuando el cuerpo recibe un estímulo de dos maneras:
- Con alerta, mostrando incomodidad, plenitud, gases, pesadez, estancamiento, cansancio, mal humor, etc.
- Con alarma, alterando nuestro ritmo cotidiano, mostrando síntomas en los sistemas de eliminación con irritación de ojos, nariz, estornudos, piel, estancamiento o diarrea, energía baja o alta, y el carácter que acompaña a estos síntomas con cuerpo frio o excesivamente caliente.
Los alimentos que producen alertas o alarmas los reconoce el cuerpo (aprendió en otras ocasiones a luchar contra ellos, y se activa este combate produciendo los estados que conocemos). El problema está en que no sabemos distinguirlos conscientemente debido a los hábitos que mantenemos, por eso se mantienen esos síntomas durante años. A estos alimentos los llamamos intolerancias alimenticias.
Para “reconocer estos alimentos y ser conscientes de ellos, en Phisico utilizamos test para hacer una comunicación no verbal con el cuerpo, obteniendo la respuesta de las memorias no conscientes de situaciones anteriores que le produjeron alertas o alarmas”.
Estos test los puedes realizar tu mismo en casa para comprobar como responde el cuerpo de manera muy simple, hasta un niño puede hacerlo. Aprende a realizarlo como un juego y observa las respuestas del cuerpo como te mostramos en “el test del láser con los alimentos”, donde el cuerpo te responde con diferentes movimientos ante los distintos alimentos.
Los alimentos que producen tensión en el movimiento (extremadamente fácil de comprobar) los evitamos durante unos días para evitar ese gasto que muestra el cuerpo al moverse en exceso hacia uno u otro lado con respecto al centro, o que muestra un movimiento con muy poca amplitud. Esto es lo que se llama una dieta de intolerancias alimenticias
Al dejar de ingerir los alimentos chequeados se evita que el cuerpo tenga tensión en el proceso digestivo, con lo que se mejoran notablemente las alertas y alarmas.
En Phisico utilizamos todos los medios a nuestro alcance para comunicarnos con el cuerpo en lo que llamamos comunicación no verbal C.N.V. Para ello utilizamos el test dinámico del láser donde se ven todos los sistemas corporales en acción respondiendo ante un estímulo, los test de kinesiología, y los test de biorresonancia con el equipo MORA.
El concepto es el mismo que puedes utilizar en casa:
- Observar las tensiones de los diferentes alimentos.
- Valorar si hay algún producto que mejore la tensión que muestra el test ante un determinado alimento, por ejemplo las hierbas de drenaje o la homeopatía Lymphomyosot.
- Evitar durante un tiempo tomar esos productos (dieta de intolerancias alimenticias).
- Mejorar la flora con probióticos, minerales, vitaminas, sales y oligoelementos. En clínica buscamos específicamente los productos naturales necesarios, a la vez que utilizamos la biorresonancia MORA para equilibrar el cuerpo.
- Hacer ejercicio. En clínica utilizamos ejercicios especiales de neurocordinación.
- Hacer lavativas en casa, las típicas irrigaciones de toda la vida para mejorar la flora estancada y aliviar la tensión en el intestino (considerado el segundo cerebro con memorias de todas las alertas y alarmas pasadas). En clínica lo ampliamos con el equipo hidrocolon con masajes intestinales.
En Phisico utilizamos la comunicación no verbal (C.N.V.) en la nutrición por medio de test desde hace 3 décadas con muy buenos resultados, tanto para recuperar estados y mejorar síntomas, como en el deporte, donde actualmente incluimos estos conceptos de nutrición en los atletas dedicados al alto rendimiento deportivo que entrenan en nuestros centros.
Jose Luis Godoy Muelas.